Nociones Generales sobre el Cáncer de Mama

Resumen

El cáncer de mama es una enfermedad multifactorial y no transmisible con alta prevalencia global, responsable de aproximadamente 2,3 millones de nuevos casos y más de 666 mil muertes en un solo año. Es el tipo de cáncer más comúnmente diagnosticado en mujeres y el segundo más incidente en Brasil, representando más del 10% de todos los diagnósticos. Anatómicamente, la mama femenina está compuesta por 15 a 20 lóbulos glandulares responsables de la producción de leche, conductos galactóforos que convergen en el pezón, y una matriz de tejido conectivo y adiposo que la rodea, situada entre la segunda y la séptima costilla, sobre los músculos pectoral mayor y serrato anterior. Esta estructura varía entre individuos, lo que influye tanto en la densidad mamaria —que dificulta la detección por imagen en mujeres jóvenes— como en los patrones de diseminación tumoral. La enfermedad se origina en alteraciones genéticas que provocan desregulación del crecimiento celular y fallas en la apoptosis, con una proporción de casos asociada a mutaciones hereditarias en genes como BRCA1, BRCA2, PALB2 y TP53. Los factores de riesgo incluyen influencias hormonales como menarquia precoz y menopausia tardía, hábitos conductuales como consumo de alcohol, obesidad e inactividad física, además de la exposición ambiental a radiación ionizante. Las mujeres tienen un riesgo aproximadamente 100 veces mayor que los hombres, y este riesgo aumenta considerablemente con la edad, alcanzando una probabilidad acumulada de aproximadamente 1 de cada 8 mujeres a lo largo de la vida. Clínicamente, el cáncer de mama suele presentarse como un nódulo indoloro y fijo, a menudo acompañado de cambios en la textura de la piel, inversión o secreción del pezón y aumento de ganglios linfáticos axilares, aunque cerca del 90% de los nódulos mamarios son benignos. Aunque es predominantemente femenino, el cáncer de mama también puede afectar a los hombres, aunque en casos poco frecuentes. La detección precoz mediante mamografía, especialmente entre los 50 y 69 años, puede aumentar las tasas de curación hasta en un 95% para tumores menores de un centímetro. El tratamiento se determina según el estadio: en las etapas iniciales se utiliza cirugía conservadora y radioterapia; en las intermedias, quimioterapia neoadyuvante seguida de intervenciones locales; y en las etapas avanzadas o metastásicas, se aplican terapias sistémicas como quimioterapia, hormonoterapia y agentes moleculares dirigidos como anticuerpos monoclonales, de acuerdo con la biología del tumor y el perfil de receptores de la neoplasia.